El juicio por la muerte de Diego Maradona quedó envuelto en una crisis institucional luego de que los jueces Verónica Di Tommaso y Maximiliano Savarino decidieran apartar a su colega Julieta Makintach, tras descubrirse que la magistrada filmaba en secreto un documental sobre el proceso. El hecho fue denunciado por la fiscalía, que presentó el tráiler de Justicia divina, guiones y facturas como prueba, lo que derivó en la recusación de la jueza por afectar la imparcialidad del tribunal.
Frente a este giro inesperado, las partes evalúan dos caminos posibles: volver a foja cero con un nuevo tribunal, como propone la fiscalía y la mayoría de los abogados querellantes y defensores, o bien mantener a los jueces restantes y sumar un nuevo magistrado. La decisión final será anunciada este jueves, pero la desconfianza ya se instaló en el proceso. “Este escándalo ha contaminado todo el juicio y no hay condiciones para seguir adelante”, advirtió el fiscal Patricio Ferrari.
Makintach, por su parte, negó haber cometido alguna irregularidad y se defendió alegando una “operación mediática”, aunque luego admitió: “Quizás me equivoqué”. Sin embargo, su salida del tribunal no detuvo la presión de las defensas para reiniciar el proceso desde cero y garantizar el debido proceso legal. El futuro del juicio por la muerte de Maradona, que ya lleva más de dos meses en curso, quedó ahora en suspenso.
Por decreto, se deja sin efecto una prohibición vigente desde 1995. El nuevo régimen prevé un control especial, con requisitos que deberán ser establecidos por la ANMAC.
La Secretaría de Inteligencia activó alertas por posibles operaciones extranjeras en territorio nacional. Desde el Ejecutivo afirman que no permitirán injerencias externas en los asuntos del país.
El Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió sobre los riesgos de viajar a la región y pidió extremar precauciones a los argentinos que ya se encuentran allí.
