Un Árbol, un Niño Jesús y 350 sueños por cumplir en el Barrio Bicentenario

La Navidad tiene un significado profundo, tanto en lo personal como en lo social, según Cecilia Romero, referente del Merendero Manos de Ayuda. "Es un momento para compartir con la familia y, sobre todo, para dar de corazón a quienes más lo necesitan. Es aprender a llevar a nuestra mesa a alguien que no tiene esa posibilidad en una fecha tan importante. Eso es lo que nos enseñó Jesús, el amor desinteresado, la compasión, y el valor de ayudar a quienes más lo necesitan," reflexiona.

El merendero, ubicado en el barrio Bicentenario 2 de Río Gallegos, cumple un rol esencial en la comunidad, brindando apoyo a familias en situación de vulnerabilidad. Con su campaña solidaria navideña, invitan a la sociedad a sumarse en la recolección de donaciones para armar canastas navideñas y bolsas de golosinas y juguetes destinados a niños y familias necesitadas. "Buscamos que cada hogar tenga algo especial en la mesa, que ningún niño se quede sin una sonrisa y que esta fecha sea un momento de esperanza para todos," asegura Cecilia.

Para Cecilia, la Navidad evoca los mejores recuerdos de su infancia: mesas grandes llenas de familia y el bullicio de niños corriendo y esperando los regalos. "Recuerdo que éramos muchísimos, más de cien, y la mesa siempre estaba llena. Pero lo más importante era la alegría, la risa y ese espíritu de compartir. Hoy en día, mi familia es más pequeña, pero intento que mis hijos crezcan con ese mismo valor: la importancia de la unión y de mirar hacia los demás," explica.

Cecilia enfatiza que la Navidad no solo es un momento familiar, sino también social. "La Navidad nos llama a ser mejores personas, a abrir nuestros corazones y a entender que podemos marcar una diferencia en la vida de alguien. Jesús nos enseñó que no importa cuánto tengamos, siempre podemos dar algo a quien lo necesita. Es ese mensaje de amor y esperanza lo que intentamos transmitir desde el merendero," comparte emocionada.

Cuando Cecilia habla del pesebre, lo hace con un profundo sentido espiritual. "El Niño Jesús en el pesebre nos recuerda que lo más importante no son las cosas materiales, sino el amor, la humildad y la solidaridad. Jesús nació en la pobreza, pero su vida fue un ejemplo de riqueza espiritual. Eso es lo que quiero que entendamos: no importa lo que tengamos en nuestras manos, sino lo que llevemos en el corazón," reflexiona.

Aunque en su casa sus hijos arman un árbol lleno de luces y esferas, Cecilia valora profundamente el significado del pesebre. "El pesebre es un símbolo de esperanza. Representa la luz que vino al mundo para enseñarnos a ser mejores, a mirar al otro, y a vivir con fe. Para mí, esa es la verdadera esencia de la Navidad," asegura.

Cecilia cierra con un mensaje cargado de esperanza y fe: "Mi deseo para esta Navidad es que cada familia tenga un trabajo digno, que las mesas estén llenas y que los niños no pasen necesidades. Pero, sobre todo, mi deseo es que aprendamos a mirarnos como hermanos, como una gran familia que puede ayudarse y sostenerse mutuamente. Esa es la enseñanza que nos dejó Jesús y lo que trato de transmitir cada día desde el merendero."

La invitación está hecha: compartir, donar y ser parte de una acción solidaria que busca cumplir 350 sueños en el barrio Bicentenario, llevando luz y esperanza a quienes más lo necesitan.