6 de abril: Día Mundial de la Actividad Física

La actividad física, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como cualquier movimiento corporal que requiera un gasto de energía, es esencial para prevenir enfermedades y mantener un estilo de vida saludable. Se recomienda que los niños y adolescentes realicen al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada o intensa, mientras que los adultos deben apuntar a 150 minutos de actividad física moderada por semana.

La actividad física regular disminuye el riesgo de desarrollar una serie de enfermedades crónicas, como hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes y ciertos tipos de cáncer. Además, mejora la salud ósea, contribuye al equilibrio calórico y ayuda en el control del peso corporal.

A pesar de estos beneficios, aproximadamente uno de cada tres adultos en el mundo no realiza suficiente ejercicio, lo que contribuye a la alta tasa de mortalidad relacionada con la inactividad física. El Día Mundial de la Actividad Física busca crear conciencia sobre los efectos negativos del sedentarismo y promover los beneficios del movimiento para la salud física y mental.

En palabras de la OMS, "un nivel adecuado de actividad física regular reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y depresión, al tiempo que mejora las habilidades cognitivas y el bienestar general".