Internacional Redacción I24 31 de octubre de 2025

Cuarenta millones de estadounidenses podrían perder la asistencia alimentaria por el cierre del gobierno

Más de 40 millones de estadounidenses enfrentan la posibilidad de quedarse sin asistencia alimentaria a partir del sábado debido al prolongado cierre parcial del gobierno y la falta de acuerdo en el Congreso para aprobar nuevas partidas de financiamiento. Entre ellos está Chantille Manuel, una residente de Florida que logró superar adicciones, bajar de peso y abrir su propio negocio, pero que aún depende del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) para alimentar a su familia. El programa, utilizado por uno de cada ocho ciudadanos, ya advirtió que no cuenta con fondos suficientes para cubrir el total de los beneficios desde el 1 de noviembre.

El gobierno de Donald Trump rechazó activar un fondo de contingencia que habría permitido extender temporalmente las prestaciones, alegando que debe reservarse para desastres naturales. Sin embargo, incluso esos recursos sólo cubrirían el 60% de un mes de asistencia, según el Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas. La discusión abrió un fuerte conflicto entre demócratas y republicanos: mientras los primeros reclaman garantizar la continuidad de la ayuda alimentaria durante el cierre, los segundos responsabilizan a la oposición por no reabrir el gobierno. En paralelo, varios estados anunciaron que intentarán cubrir parte del déficit con fondos propios, pese a que no serán reembolsados.

En comunidades como Sarasota, organizaciones benéficas ya registran un aumento en la demanda de alimentos. Bancos de comida como All Faiths Food Bank, que alimentó a más de 80.000 personas el último año, alertan que miles de beneficiarios podrían recurrir a sus servicios una vez agotada la asistencia federal. Para familias que reciben en promedio US$715 mensuales —menos de US$6 por persona al día— el recorte significaría caer en la pobreza extrema. Sin avances en las negociaciones en Washington y con un cierre que ya se prolonga por 29 días, la incertidumbre crece entre los usuarios del programa SNAP, que temen perder lo que consideran un “salvavidas fundamental” para su supervivencia diaria.