
En la lejana tierra de Japón, existe una antigua práctica conocida como el "Hanami", que se traduce literalmente como "mirar las flores". Esta tradición se centra en la contemplación de las delicadas flores de cerezo que adornan la primavera japonesa, y con el tiempo, ha trascendido fronteras y se ha convertido en una hermosa costumbre que invita a observar la belleza de todas las flores, árboles y plantas.