La historia del 72° milagro reconocido de Lourdes

30 de julio de 2025SSSS
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Antonia Raco, una italiana de 67 años afectada durante mucho tiempo por una enfermedad neurodegenerativa incurable, fue presentada oficialmente a la prensa el 25 de julio en Lourdes, donde su curación fue reconocida como el 72º milagro atribuido a la intercesión de la Virgen María desde las apariciones de 1858.

A Raco le diagnosticaron en 2006 esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad progresiva y mortal, y experimentó una recuperación que desafió la explicación médica.

Anunciado inicialmente por el Santuario de Lourdes el 16 de abril de este año, el reconocimiento marcó la culminación de 16 años de investigación médica, canónica y pastoral.

Raco, madre y feligresa activa de Basilicata, en el sur de Italia, llevaba varios años conviviendo con la enfermedad cuando viajó a Lourdes en 2009.

“Desde niña, siempre había querido ir a Lourdes”, recordó. Ese deseo se hizo realidad ese verano, cuando ella y su esposo Antonio viajaron al santuario con la asociación italiana de peregrinación Unitalsi.

La experiencia, sin embargo, no fue exactamente como ella había imaginado: llegó en silla de ruedas, ya con dificultades para respirar y pasar la comida.

El segundo día, los voluntarios del santuario la llevaron a los baños. “Rezamos juntos. Fue entonces cuando oí una hermosa voz femenina que dijo tres veces: '¡No tengas miedo!'”, relató durante la conferencia de prensa en Lourdes, celebrada en presencia de autoridades religiosas y médicas.

Raco llevaba el velo blanco y el uniforme de los Hospitalarios de Lourdes, los cuidadores voluntarios a los que ahora se une cada año, ayudando a los enfermos con la misma compasión que una vez le mostraron a ella.

“En ese momento rompí a llorar y oré por las intenciones que había traído conmigo”.

Describió un dolor repentino y agudo en las piernas durante la inmersión, como si me las hubieran quitado. No reveló a nadie lo sucedido durante su estancia y regresó a casa en silla de ruedas.

Fue allí, en su sala con su esposo Antonio, donde volvió a oír la misma voz que la instaba: "¡Dile! ¡Llámalo!". Obedeciendo la voz, llamó a su esposo, que acababa de entrar en la cocina. "Algo ha pasado", le dijo.

En ese momento, se puso de pie sin ayuda por primera vez en años. Embargada por la emoción, la pareja se abrazó y lloró al darse cuenta de que estaba curada.

Aunque estaba muy contenta, al principio Raco no sabía cómo hablar de su experiencia. Finalmente, se confesó con un párroco de su diócesis de Tursi-Lagonegro, en Basilicata, quien la instó a someterse a una evaluación médica.

Poco después, el arzobispo local que había acompañado la peregrinación ese año, Mons. Francesco Nolè, la visitó y, tras escuchar su historia, le dijo: “Antonietta, el Señor ha entrado en tu casa y te ha dado un regalo, pero no es solo para ti. Es para todos nosotros”. 

El camino hacia el reconocimiento requirió más de una década de evaluaciones médicas exhaustivas y revisión por expertos. “No existe cura para la ELA”, señaló el profesor Vincenzo Silani, un destacado neurólogo que participó en la investigación. Fue uno de los que confirmaron tanto el diagnóstico como la inexplicabilidad de la recuperación de Raco. “Los pacientes están condenados a empeorar un poco cada día”.

El Dr. Alessandro de Franciscis, médico permanente del Santuario de Lourdes, recordó a los presentes que la Iglesia considera una curación milagrosa sólo si es repentina, completa, duradera, médicamente inexplicable y no atribuible a un tratamiento o a una recuperación gradual.

Estos criterios, que siguen guiando el discernimiento de la Iglesia hoy, fueron establecidos por primera vez por el Cardenal Prospero Lambertini, y más tarde por el Papa Benedicto XIV.

El debate en el Comité Médico Internacional de Lourdes (CMIL) fue inicialmente inconcluso cuando se presentó el caso por primera vez en 2019. Sin embargo, un nuevo consenso internacional sobre el diagnóstico de ELA, publicado en 2020, sentó las bases para una reevaluación.

En 2023, Silani reevaluó a Raco en Milán y confirmó la curación definitiva.

Finalmente, en noviembre de 2024, se realizó una votación secreta entre 21 miembros del Comité Médico Internacional de Lourdes: 17 votaron a favor de una curación inexplicable, completa y duradera, cumpliendo con la mayoría de dos tercios requerida por los criterios de la Iglesia.

Tras el voto médico positivo, el caso fue remitido al actual obispo de la diócesis de origen de Antonia Raco, Mons. Vincenzo Carmine Orofino, quien reconoció formalmente el milagro el 16 de abril de este año.

El Obispo de Tarbes y Lourdes, Mons. Jean-Marc Micas, quien participó en el proceso científico sin derecho a voto, elogió el rigor y la transparencia de los debates médicos. “Lo que más me impresionó —dijo— fue la libertad de los expertos. No están ahí para defender una causa, sino para buscar la verdad”.

También recordó a los participantes que los milagros nunca imponen la fe. “Ni siquiera la Resurrección obligó a nadie a creer. Un milagro es una señal, un don que se recibe a la luz de la fe”.

Al clausurar la rueda de prensa, el rector del Santuario de Lourdes, P. Michel Daubanes, expresó su profunda emoción y gratitud al recordar el honor de anunciar el milagro durante el rosario de las 18:00 horas del Jueves Santo, 17 de abril, minutos antes de su proclamación en la catedral de Tursi-Lagonegro.

Solemos decir: “Si viera un milagro, creería”. Pero la verdad es que, si creo, puedo ver milagros —reflexionó—. Esta sanación no es solo una historia del pasado. Es un testimonio vivo que sigue dando frutos.

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