El Garrahan empieza a hacer una cirugía inédita en la salud pública para curar un raro síndrome en los chicos

10 de julio de 2025SSSS
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Oscar Imventarza es un médico ‘de los de antes’, cuyo currículum no será sencillo replicar en el país. Debido a su bajo perfil, no aparece con frecuencia en los medios, pero en el Boletín Oficial del último martes su figura llamó involuntariamente la atención, por defecto: el Hospital Garrahan publicó un llamado a concurso para cubrir la jefatura del Servicio de Trasplante Hepático, cargo que durante 33 años ha sido ocupado por este profesional.

El médico, de 66 años, en realidad fue ascendido a coordinador general de todos los trasplantes que se realizan en el Garrahan. Y el cambio vino con una grata noticia bajo el brazo: “Ayer llegó la autorización del Incucai. Estamos por empezar a hacer trasplantes de intestino”, contó Imventarza en un rapto de entusiasmo ante la consulta de Clarín.

Imventarza dice que desde que asumió su nuevo cargo está “ayudando a que la gente de trasplante renal del hospital -cuya jefa se acaba de jubilar- también se ordene más”. Y cuenta con orgullo: “Duplicamos el número de trasplantes renales y hepáticos, para que más pacientes tengan acceso a estas prestaciones”. Hasta ahora el hospital venía haciendo trasplantes hepáticos, renales, cardíacos y de médula -en total ya superó los tres mil-, a los que se sumará el de intestino. “Está habilitado además para pulmón, pero hay poco para pediatría”, explicó el médico.

La nueva cirugía estará disponible por primera vez en un hospital público, ya que por el momento sólo se había practicado en dos centros de salud privados: el Hospital Italiano y la Fundación Favaloro. Este tipo de trasplante es necesario en algunos casos para reparar el denominado Síndrome del Intestino Corto (SIC).

El SIC es una patología rara pero de alta morbimortalidad. El problema es que los pacientes no tienen un intestino con la longitud suficiente para que el organismo absorba los nutrientes que necesita, y se requiere de nutrición complementaria intravenosa. Se traduce además en diarrea, desnutrición y problemas de crecimiento, entre otras posibles complicaciones. En diagnósticos graves el trasplante puede ser la opción terapéutica indicada.

El trasplante de intestino puede ser necesario por una malformación congénita o “cuando al paciente por determinado motivo hubo que hacerle una resección del órgano y queda con el intestino corto. En este momento, en el Garrahan tenemos 16 pacientes en seguimiento con esa condición, lo que no quiere decir que todos vayan a requerir un trasplante”, explicó el cirujano.

Las buenas noticias sanitarias no paran de emanar de la usina del Garrahan, pese a los tiempos turbulentos que atraviesa el centro de salud, con un largo conflicto cuyo último capítulo fue el reciente nombramiento como director médico de quien fuera interventor del Hospital Laura Bonaparte, escenario de otra crisis reciente.

Previo al nuevo plan para hacer más accesible a toda la población pediátrica el trasplante de intestino, se había conocido además otro hito en la historia de este centro de salud que en 2027 cumplirá 40 años. Fue cuando los médicos del Garrahan realizaron una operación inédita en el útero de una embarazada, a una beba que padecía espina bífida a la que se le pudo corregir ese desorden antes del nacimiento.

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