
Tras la reunión con Lula, Cristina Kirchner arremetió contra el gobierno de Milei: “Miseria planificada y terrorismo de estado de baja intensidad”
03 de julio de 2025



Desde su residencia, donde se encuentra bajo detención domiciliaria, la expresidenta Cristina Kirchner denunció en un posteo en X contra el gobierno de Javier Milei, acusándolo de implementar una “miseria planificada y terrorismo de Estado de baja intensidad“.
Kirchner recibió a Lula da Silva, un encuentro que describió como “mucho más que un gesto personal: fue un acto político de solidaridad”. La expresidenta trazó un paralelismo con la persecución judicial que, según ella, ambos sufrieron, refiriéndose al “lawfare” que llevó a Lula a prisión. En su visión, el Poder Judicial argentino “dejó de disimular su subordinación política y se convirtió en un partido político al servicio del poder económico”.
“Alarmante cuadro de represión y deterioro democrático”
La expresidenta detalló una serie de acciones que, a su juicio, configuran este “terrorismo de Estado de baja intensidad”:
Citó la detención de “varias compañeras”, descritas como “mujeres, jóvenes y militantes”, a pedido de José Luis Espert, cuya retórica propone “cárcel o bala” para sus opositores. Además, mencionó la identificación y el hostigamiento de personas que marcharon a Plaza de Mayo el 18 de junio.
Señaló que Argentina experimentó la mayor caída mundial en libertad de prensa, descendiendo 47 posiciones en los dos años de gobierno de Milei, según Reporteros Sin Fronteras. Mencionó el caso del reportero gráfico Pablo Grillo, quien fue agredido mientras documentaba una marcha de jubilados.
Denunció la implementación de un “Plan de Inteligencia Nacional Secreto” que autoriza el espionaje interno a cualquiera que “erosione la confianza” en el relato oficial. A esto se suma la iniciativa de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para que la Policía Federal pueda “vigilar lo que la gente pone en redes sociales sin orden judicial” y realizar “detenciones preventivas sin que exista ningún delito”. Kirchner alertó sobre la posibilidad de que la policía “llame a tu puerta” por quejarse del país o burlarse del oficialismo en redes sociales.
Cristina Kirchner comparó la situación actual de Argentina con el Chile de Pinochet, afirmando que el país se está convirtiendo en un “experimento continental” y un “banco de pruebas de Milei y los Caputo Boys”. Subrayó que se está aplicando el “mismo manual” que en Chile: “salarios de hambre, privatización total, entrega absoluta al Fondo Monetario Internacional“.
Según la exmandataria, este panorama se completa con la “prensa bajo cuerda por miedo al Presidente”, “leyes represivas” y “líderes de la oposición a los que se les quiere impedir salir al balcón de su casa”. Todo esto, en su perspectiva, forma parte de un “ataque preventivo contra la capacidad del pueblo de organizarse“.
La expresidenta anticipó que, después de octubre, se vendrá la “verdadera motosierra”, con reformas previsional, laboral y fiscal, según lo anunciado por el ministro Caputo. Sin embargo, Kirchner expresó su convicción de que estas políticas “no les va a salir bien”.
Finalmente, hizo un llamado a la acción, asegurando que “si el pueblo habla, si se organiza, si se defiende… no van a poder”. Aludió a la movilización del 18 de junio como prueba de la capacidad de resistencia popular, y enfatizó que los argentinos son “demasiados para que nos tengan solos, asustados y vigilados”. Concluyó con la idea de que “tenemos algo que ellos jamás van a tener: un nosotros”, un “nosotros” que “siempre vuelve”, como demostró Lula en Brasil.