
El Gobierno reafirma su soberanía sobre Malvinas y rechaza las actividades británicas en el territorio
Al cumplirse 192 años de la ocupación de las tropas británicas en las Islas Malvinas, el Gobierno Nacional reiteró su "legítimo derecho de soberanía" sobre el archipiélago y rechazó las actividades unilaterales llevadas a cabo por el Reino Unido en los espacios marítimos argentinos. En un comunicado emitido por la Cancillería, encabezada por Gerardo Werthein, se instó a retomar las negociaciones bilaterales para "dar fin a la situación colonial" en línea con las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Actualidad03 de enero de 2025 I24La declaración oficial denunció la exploración y explotación de recursos naturales en la región, así como la presencia militar británica en el Atlántico Sur, calificándolas como acciones contrarias a las resoluciones internacionales. En ese sentido, el Gobierno expresó su compromiso con la diplomacia como único camino para recuperar el ejercicio pleno de sus derechos soberanos y subrayó su disposición a mantener una relación constructiva con el Reino Unido que contemple un "diálogo sustantivo" sobre la soberanía y otros temas de interés común.
El comunicado también recordó que, desde la ocupación británica en 1833, las autoridades argentinas y su población fueron desalojadas ilegítimamente, reemplazándolas por colonos británicos. Desde entonces, todos los gobiernos argentinos han reafirmado sus derechos imprescriptibles sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
La Argentina también reiteró su apoyo a la misión de Buenos Oficios encomendada por la Asamblea General al Secretario General de las Naciones Unidas, destinada a facilitar el reinicio de las negociaciones. En cuanto a los recursos naturales, el Gobierno consideró que las actividades británicas en espacios marítimos argentinos ocupados ilegalmente violan no solo las resoluciones de la ONU, sino también los principios de soberanía y autodeterminación que deberían ser respetados por todos los Estados.