La inflación de julio cumple con su pronóstico y podría romper la barrera del 4%
Tras el rebote de la inflación en junio, especialistas pronostican que en julio el comportamiento de precios volverá a su tendencia bajista. Alimentos, el rubro con mayor incidencia en el IPC, será nuevamente un factor clave en esta evaluación.
Contener la inflación es uno de los principales objetivos del gobierno de Javier Milei. Con el final de julio, comienzan a llegar los primeros informes de consultoras privadas sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del séptimo mes del año. En este contexto, el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó que la inflación de julio será la más baja del año hasta el momento, luego de que el Indec registrara un 4,6% en junio.
El IPC se dará a conocer en 10 días, y se espera que cuando se conozca la inflación de julio, se logre romper con el piso del 4% o se esté muy cerca de ello. La consultora EcoGO pronosticó que la inflación volverá a ceder después de acelerarse en junio por la incidencia de los regulados, estimando un aumento del 4,1%. La expectativa es que se retome un sendero descendente.
"Después de un junio donde la actualización de tarifas contribuyó a acelerar la nominalidad de la inflación, en julio la prioridad volvió a ser la inflación, dejándose de lado la actualización de tarifas y aumentando el impuesto a los combustibles en una cuantía inferior a la estipulada en un primer momento", detalló EcoGO. Además, se señaló que "la caída en la demanda y la actividad continúan manteniendo la inflación núcleo a la baja, que se ve afectada por el descenso del consumo a pesar de que tímidamente los salarios le ganan a la inflación y se recuperan en el margen".
El IPC de la Fundación Libertad y Progreso (LyP) arrojó un aumento del 3,8% en julio, implicando una desaceleración de 0,8 puntos porcentuales respecto a la medición oficial de junio. De esta manera, en la primera mitad del año, la inflación acumulada es de 86,7%, y la variación interanual alcanza el 262,8%, marcando la tercera desaceleración consecutiva.
Esta desaceleración se explica "por la ausencia de grandes incrementos sobre los precios regulados, lo cual se tradujo en un índice más cercano a la inflación núcleo, que estuvo en torno al 3,5%". Aldo Abram, director de LyP, señala que “la tendencia a la desaceleración de la inflación es clara y, en la medida que se siga revirtiendo la depreciación de la moneda gestada en mayo y junio, podemos ver algunos meses que empiecen con 2%. Eso va a depender de cómo y cuándo se vayan corrigiendo los atrasos de los precios regulados y las tarifas de servicios públicos”.
Abram agregó que "también puede haber algunos impactos en el sentido contrario, profundizando la merma. Por ejemplo, cuando se reduzca el Impuesto País, que podría deparar la sorpresa de algún mes que empiece con 1%”. El relevamiento de precios minoristas de C&T para la región GBA presentó un incremento mensual de 4,4% en julio, por debajo del 4,9% de dicho relevamiento para junio. La inflación núcleo fue de 2,7% mensual, apenas superior al 2,6% de junio.
Aunque esta medición es específica del Gran Buenos Aires, hay que tener en cuenta que el peso de esta región en el total del IPC es casi la mitad. Por lo que una alta inflación en GBA impactaría directamente en la general. La brecha entre ambas mediciones refleja una fuerte incidencia de los componentes estacionales en la medición total.
Según C&T, así fue el aumento en otros rubros:
- Componentes relacionados con el turismo fueron de los de mayor suba por efecto del pico habitual que muestran en julio debido a las vacaciones de invierno.
- Bienes y servicios varios fue el segundo rubro de mayor incremento debido al aumento de los cigarrillos principalmente.
- Salud y educación crecieron en torno al promedio.
- Vivienda subió en torno al 3%, perdiendo impulso luego del alza que había tenido lugar en junio por los ajustes en electricidad y gas.
- Indumentaria cayó por las liquidaciones de invierno.
Según EcoGo, los alimentos registraron subas mayores al 1% en dos de las cuatro semanas, con la mayor volatilidad dada por los productos estacionales, donde se destacaron los aumentos en verduras trastocadas por las bajas temperaturas, que se compensaron por la caída de los precios de las frutas.
Las carnes, por su lado, aceleraron en el margen respecto a junio, destacándose la dinámica de la carne vacuna y el pollo, compensados en parte por el descenso en el precio de pescados. Según C&T, las verduras y las frutas, componentes también estacionales, tuvieron fuertes alzas en el arranque del mes, coincidiendo con las bajas temperaturas. Otros componentes de alimentos y bebidas también se aceleraron al inicio del mes, pero luego perdieron impulso. En consecuencia, alimentos y bebidas aumentó 4,2% en el mes.
La consultora LCG informó una suba de precios del 0,5% en la última semana de julio, implicando una aceleración de 0,3 puntos porcentuales respecto de los siete días anteriores. Continúa la disparidad entre rubros, con la suba de lácteos y frutas compensándose parcialmente con la caída de bebidas, un rubro con fuerte peso relativo.
La inflación promedio mensual de alimentos cayó a 3,1%, recortando 0,8 puntos porcentuales respecto a las semanas previas. Mientras tanto, la medición entre puntas se desplomó a 1,8%, representando una baja de 1,3 puntos porcentuales. En este sentido, y con dos categorías restando y cuatro por encima del promedio, carnes y panificados explican más del 50% de la inflación mensual de alimentos.
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