El Gobierno nacional desplegará un fuerte operativo de seguridad para la marcha de jubilados prevista para este miércoles en las inmediaciones del Congreso. La estrategia incluirá cortes de calles, controles en los accesos a la Ciudad y la presencia de más de mil agentes federales, que permanecerán detrás de vallas para evitar contacto directo con los manifestantes. Además, se dispondrán camiones hidrantes para disuadir posibles disturbios, aunque el Ejecutivo asegura que busca evitar enfrentamientos como los registrados en la última protesta.
Las medidas fueron definidas en una reunión en Casa Rosada, encabezada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y altos funcionarios del Gobierno. La Gendarmería, la Policía Federal, Prefectura y la Policía Aeroportuaria conformarán el comando unificado que monitoreará la situación, con apoyo de la Secretaría de Inteligencia del Estado. Mientras tanto, desde el oficialismo señalaron que se reprimirá a quienes intenten derribar las vallas y que "la mejor forma de evitar ser herido es no atacar a nadie".
La protesta, convocada a las 17, contará con la participación de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que iniciará un paro desde el mediodía, y de diversas organizaciones sociales y políticas, como el Polo Obrero, el Movimiento Evita y la UTEP. La movilización se da en un contexto de creciente tensión entre el Gobierno y los sectores opositores, con acusaciones cruzadas sobre los incidentes en manifestaciones anteriores y el rol de grupos organizados en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, anunció que será candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en las próximas elecciones legislativas. Aseguró que su objetivo no será entrar en disputas con los distintos sectores del peronismo, sino "peronizar" el espacio político con base en la verdad.
