
República Checa llevaba años retrasando la construcción de una presa carísima. Unos castores la han hecho por ella
Internacional14 de febrero de 2025

Durante siete años, las autoridades del gobierno de la región de Brdy en la República Checa intentaron llevar a cabo un proyecto para construir una represa en el río Klabava, ubicado a unos 40 kilómetros al suroeste de Praga. Su propósito era proteger el ecosistema local, especialmente a una especie de cangrejo en peligro crítico de extinción, al evitar que sedimentos y agua ácida provenientes de dos estanques cercanos contaminaran el río.
Sin embargo, el proyecto, aprobado en 2018 con más de un millón de dólares en financiamiento y con todos los permisos necesarios, quedó paralizado debido a prolongadas negociaciones sobre el uso de terrenos que anteriormente habían servido como campo de entrenamiento militar. Y entonces llegaron los castores.
Mientras la burocracia retrasaba la construcción, un grupo de castores se adelantó a los humanos y, sin esperar permisos ni estudios, edificó una serie de presas de manera natural. Su intervención no solo resolvió el problema por el que las autoridades habían planeado la represa, sino que además amplió la zona de humedales a casi 20.000 metros cuadrados, el doble de lo que los ingenieros habían proyectado.
No es un hecho baladí. Estamos hablando de un trabajo espontáneo de las criaturas que ahorró a las autoridades aproximadamente 1,2 millones de euros, según informó la Agencia de Conservación de la Naturaleza de la República Checa.


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