La Confederación General del Trabajo (CGT) se encuentra en medio de una creciente tensión con el Gobierno de Javier Milei, evaluando la posibilidad de convocar a un nuevo paro general, el tercero durante esta administración. La reforma laboral impulsada por el oficialismo y el rechazo del Gobierno a modificar el Impuesto a las Ganancias han alimentado el descontento entre las bases sindicales, dando mayor protagonismo al ala dura de la central obrera, encabezada por Pablo Moyano. A pesar de los intentos del sector dialoguista por tender puentes, las negociaciones han fracasado, lo que ha llevado a la CGT a endurecer su postura y considerar acciones más contundentes.
El malestar dentro de la CGT se ha incrementado, especialmente después de la fallida reunión con el secretario de Trabajo, Julio Cordero, donde se buscó elevar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, y la subsecuente decisión del Ejecutivo de no incorporar los cambios solicitados por los gremios. Este fracaso, junto con las frustradas negociaciones en el Consejo del Salario, ha consolidado la percepción dentro de la CGT de que el Gobierno no está dispuesto a negociar, sino que busca imponer unilateralmente sus decisiones.
La creciente presión interna en la CGT y la pérdida de fuerza del sector dialoguista podrían derivar en la convocatoria a un paro general en las próximas semanas, aunque la crisis interna del Partido Justicialista (PJ) tras las denuncias contra Alberto Fernández podría retrasar la decisión final.
El gobernador convocó a todas las conducciones de los gremios estatales. Les anunció que Santa Cruz se hará cargo del ítem que corresponde al impuesto. Es el primero (y hasta ahora el único) gobernador que toma una decisión de esta naturaleza. Además, el ministerio de economía realizará capacitaciones para que los trabajadores que estén alcanzados, completen el formulario 572.
