El 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Tiramisú. Este manjar dulce, compuesto por capas de bizcocho humedecido con café, crema de huevos y azúcar, y coronado con cacao en polvo, ha sido venerado a lo largo de la historia mediante versiones clásicas y otras de autor.
El origen exacto del tiramisú es un tema de debate, ya que hay diversos relatos al respecto. Solo por dar un ejemplo, una de las más clásicas leyendas se remonta al siglo XVII y tiene como protagonista al Gran Duque de Toscana, Cosme III de Medici.
Según esta historia, los pasteleros de Siena, inspirados en las virtudes del aristócrata, crearon este postre como un homenaje, utilizando ingredientes como el café para simbolizar la fuerza, el cacao como representación de la virilidad, y el queso mascarpone para reflejar la humildad. Sin embargo, algunos críticos cuestionan esta versión debido a la escasez de evidencia histórica que respalde la existencia del Tiramisú en esa época.
Una versión más reciente nos lleva a mediados del siglo XX, específicamente a la región del Véneto, en el norte de Italia. Según esta historia, el postre habría sido creado en uno de los burdeles de la zona, donde la dueña, conocida como madama, buscaba ofrecer a sus clientes un plato que no solo estimulara los sentidos, sino que también los mantuviera despiertos. Así nació el nombre “Ti tira su” que, en la jerga de la región, significaba “te lleva arriba”.
A pesar de las diversas teorías sobre su origen, lo que es innegable es la popularidad del Tiramisú en la actualidad. Este delicioso postre ha trascendido fronteras y se ha convertido en un símbolo de la gastronomía italiana, con innumerables variantes y adaptaciones que deleitan los paladares de personas de todo el mundo.