Kast asume en Chile con promesas de ajuste y reformas profundas

Tras el triunfo de José Antonio Kast en el balotaje presidencial, Chile inicia un período de transición de casi tres meses hacia un gobierno de derecha dura que asumirá el próximo 11 de marzo. El líder del Partido Republicano derrotó a la candidata oficialista Jeannette Jara y sucederá al presidente Gabriel Boric, en un contexto marcado por el desgaste de la gestión progresista y una fuerte demanda social de cambios en materia de seguridad, inmigración y economía. Pese a las diferencias ideológicas, se espera un traspaso de mando ordenado y sin sobresaltos institucionales.

La campaña de Kast se apoyó en tres ejes centrales: una política de “mano dura” contra el delito y el narcotráfico, la expulsión de más de 300.000 inmigrantes en situación irregular y un profundo ajuste del Estado, que incluiría un recorte fiscal estimado en 6.000 millones de dólares. En el plano económico, el presidente electo promete reducir el tamaño del sector público sin afectar derechos sociales, una meta que genera dudas entre analistas. En política exterior, se prevé un alineamiento con Estados Unidos y una postura firme frente al régimen venezolano, además de una relación fluida con el presidente argentino Javier Milei, aunque con estilos políticos distintos.

Sin embargo, la posibilidad de avanzar con reformas profundas estará condicionada por el escenario legislativo, donde Kast no contará con mayoría propia y deberá negociar con otros sectores de la derecha y la centroderecha. Especialistas coinciden en que el nuevo mandatario evitaría impulsar temas altamente divisivos, como el aborto o las políticas de género, para preservar la estabilidad política y económica. Aun así, se espera que el gobierno marque un giro significativo respecto a la administración saliente, con cambios que busquen consolidar la identidad del Partido Republicano y diferenciarse de la derecha tradicional chilena.