Preocupación internacional por señales no autorizadas emitidas desde la red militar Starshield de SpaceX
Una constelación de satélites clasificados del programa Starshield, desarrollada por SpaceX para el Gobierno de Estados Unidos, generó inquietud en la comunidad espacial luego de que un aficionado canadiense detectara transmisiones en una banda de frecuencias que debería permanecer silenciosa. El hallazgo, realizado por Scott Tilley tras un error fortuito mientras escaneaba el espectro radioeléctrico, reveló señales provenientes de al menos 170 satélites que operan entre los 2025 y 2110 MHz, un rango reservado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones para comunicaciones Tierra-espacio y no para transmisiones descendentes.
Expertos en interferencia advierten que este uso podría violar normas internacionales y representar un riesgo para otros satélites que utilizan la misma banda para recibir órdenes críticas desde estaciones terrestres. Aunque no se han registrado daños ni se presentaron denuncias formales, especialistas señalan que una interferencia en ese espectro podría impedir que un satélite responda a comandos legítimos. SpaceX no ha emitido declaraciones, mientras que autoridades como la UIT carecen de mecanismos para imponer sanciones directas, lo que agrava el vacío regulatorio.
La red Starshield, financiada con 1.800 millones de dólares y diseñada para aplicaciones militares con capacidades avanzadas de cifrado y comunicaciones en tiempo real, opera en gran parte bajo secreto. Para analistas, la situación refleja la creciente tensión en un entorno orbital saturado, donde proliferan mega-constelaciones y crece la competencia entre intereses comerciales y estratégicos. La falta de supervisión efectiva sobre estas redes clasificadas abre interrogantes sobre la seguridad, la transparencia y el futuro de la regulación espacial.