Con un golazo de Di María de tiro libre Central venció a Newell's

Una vez más Angel Di María escribe una página en la historia del fútbol que quedará marcada con letras doradas, esta vez en el clásico rosarino.

En el Gigante, se vivió otra gran fiesta, con estadio repleto y un partido arduo, disputado, como es habitual en este tipo de choques.

Si bien Central fue más que la Lepra, que solo remató un tiro al arco, se veía complicada la chance de poder convertir un gol.

Hasta que el árbitro Herrera marcó un tiro libre a unos 30 metros del arco en línea recta, y Di María tomó la pelota, la besó y con un extraordinario zurdazo contra el ángulo izquierdo del arquero, para convertir un gol inolvidable que hizo delirar no solo las tribunas, sino la mitad de la ciudad y el río Paraná.

Sensacional por donde se lo mire, y el festejo en la cancha, en los palcos, donde estaba su esposa, ese corazón ya sin remera, que formaba Angelito con sus dedos, mostrando su éxtasis, el mismo que tenía cada uno de los Canallas, como las lágrimas que fueron la rúbricas que estabamos frente a uno momento del cual siempre se va a recordar.

Di María volvió para esto, para darse el gusto de cerrar su estupenda carrera futbolística en el club de sus amores, poder convertir un gol a Newell's y, como si fuera poco, darle la victoria, justo en el día que se cumplen 17 años de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín, también con un gol suyo a Nigeria.

Será una noche de gran festejo para los Canallas en todo Rosario, pero será otro momento de gloria, llanto y emociones para Ángel Di María que sigue escribiendo páginas doradas en el fútbol.