Encontraron muerto a un curandero en Córdoba
La apacible comunidad de Villa Los Aromos se encuentra en estado de shock tras el macabro hallazgo del cuerpo sin vida de Enrique Ortiz, un curandero de 82 años, muy querido y conocido en la zona por sus tratamientos para aliviar dolores, especialmente los relacionados con el nervio ciático. Ortiz fue encontrado maniatado, golpeado y sin vida en el interior de su propia vivienda.
El fiscal Alejandro Peralta Otonello, a cargo de la investigación, expresó su expectativa de esclarecer el hecho con la ayuda de las cámaras de seguridad de los vecinos y los domos de vigilancia comunal.
El cuerpo de Ortiz fue descubierto este miércoles en su domicilio, ubicado en calle Los Eucaliptus al 700. Según los primeros indicios de la investigación, la puerta principal de la casa estaba abierta con la llave puesta desde el lado exterior, un detalle que, para los investigadores, refuerza la hipótesis de un ingreso forzado, posiblemente con fines de robo. La escena del crimen fue inmediatamente preservada por personal de la Departamental Santa María, junto a efectivos de la División Homicidios y el equipo de seguridad comunal.
Testigos clave en la investigación señalaron que Enrique Ortiz fue visto con vida por última vez en la noche del martes, cuando atendió un llamado telefónico de una pareja que solicitaba un turno para una consulta. Durante la mañana siguiente, esa misma pareja viajó desde Córdoba Capital hasta la vivienda de Ortiz, situada en un sector tranquilo de la localidad. Al llegar, notaron que la puerta estaba semiabierta, con la llave colocada desde afuera.
Al no obtener respuesta de Ortiz, la pareja decidió llamar a Ramón Dimedio, un vecino que conocía a Enrique desde hacía décadas. “Había un auto parado en la puerta con dos hombres, que me preguntaban si yo lo conocía”, relató Ramón. El vecino explicó que Enrique, además de ser una persona mayor, tenía antecedentes de descompensaciones y dificultades auditivas. “Estaba la puerta semiabierta, golpeé fuerte y no salía”, agregó Dimedio.
Ante la falta de respuesta, el vecino decidió ingresar a la propiedad. “Veo algunas cosas medio desacomodadas en el piso”, recordó Ramón. Al asomarse a una habitación con la luz encendida, no vio a nadie. “Cuando me doy vuelta para salir, estaba en un sillón. No lo toqué ni nada. Estaba atado con un cable o algo así. Había sangre”, describió el impactante hallazgo.
Asustado, Ramón salió rápidamente de la casa, hizo entrar a la pareja y entre los tres llamaron a la Policía. Desde ese momento, la causa quedó en manos del fiscal Peralta Otonello, quien ordenó las primeras pericias y el relevamiento de cámaras de seguridad de la zona para intentar identificar a los responsables. Hasta el momento, no hay detenidos ni sospechosos identificados en relación con este crimen.