Impulsan en Chubut la producción de carne de burro para consumo
El productor agropecuario Julio Cittadini, del establecimiento “Guillermina” en la zona de Punta Tombo, lleva adelante una iniciativa innovadora: la cría de burros para la producción de carne con fines comerciales. En diálogo con Radio Chubut, explicó que decidió dejar la producción ovina debido a la constante presencia de depredadores como el puma, y encontró en el burro una alternativa viable.
“En esta zona hubo burros hace mucho tiempo. No quería abandonar completamente la actividad, y en ese análisis surgió el burro como un comodín entre la oveja y la vaca. No tiene depredadores, al contrario, al puma lo enfrenta. Hay mucha información y videos que muestran cómo el burro defiende su territorio”, destacó.
Cittadini aseguró que la carne de burro es “de muy buena calidad y muy buen sabor”, e incluso la considera superior a la carne de guanaco, que ya tiene cierta aceptación entre los consumidores por su calidad y precio. “El burro es un animal doméstico como la vaca o la oveja. Estamos gestionando la habilitación zonal de un matadero para poder comercializar legalmente la carne”, explicó.
Hoy cuenta con 100 burros, de los cuales 70 son hembras. Su plan es avanzar gradualmente: “La idea es empezar de a poco. Esto no va a ser masivo, pero a medida que la gente la pruebe y la acepte, la producción podrá ir creciendo”.
El productor subrayó que esta actividad podría ser una alternativa interesante para muchos campos que han quedado abandonados tras el retroceso de la actividad ovina. “Estamos trabajando junto al Ministerio de la Producción para lograr la habilitación del matadero y avanzar en la distribución de la carne”.
Los animales se faenan al año y medio o dos años, un ciclo similar al del vacuno. Cittadini está realizando una selección orientada específicamente a mejorar la aptitud carnicera del burro. “En el país hay muchas razas de burro, así que hay que buscar cuáles se adaptan mejor para carne”, comentó.
También comparó su rendimiento: “La relación es de cinco a uno. Un campo con capacidad para mil ovejas podría tener unos 200 burros. Es muy interesante como posibilidad productiva”.
Si bien el consumo de carne de burro es más común en el norte del país, especialmente en chacinados, esta iniciativa apunta al desarrollo local del producto. “Acá no buscamos producir leche de burra, como hacen en el norte. Pero sí es interesante el uso del cuero. Los chinos lo compran y puede tener un valor incluso mayor al de la carne”, señaló.
En cuanto a la sanidad del animal, aseguró que no representa complicaciones: “No tienen problemas sanitarios. Cuando mucho, requieren un antiparasitario”.
Cittadini insistió en que se trata de una propuesta con proyección. “No lo veo como una barrera cultural. El burro tuvo un rol clave como animal de carga hasta que fue desplazado por las máquinas. Hoy puede tener una segunda oportunidad como recurso productivo”, concluyó.