A 10 años de la muerte de Alberto Nisman: la Justicia refuerza la hipótesis de asesinato y apunta a los servicios de inteligencia
A una década de la muerte del fiscal Alberto Nisman, la Justicia argentina sostiene que se trató de un homicidio y concentra su investigación en el rol de los servicios de inteligencia. El fiscal Eduardo Taiano, a cargo del caso, asegura contar con pruebas que respaldan la hipótesis de asesinato, vinculando la muerte de Nisman con su trabajo en la Unidad Fiscal AMIA. Entre los elementos investigados, destacan comunicaciones sospechosas, movimiento de vehículos y posibles operaciones de espionaje en la zona del departamento de Puerto Madero donde fue hallado sin vida.
El expediente, que inicialmente planteó la posibilidad de un suicidio, dio un giro tras el peritaje de Gendarmería Nacional que concluyó que terceros habrían simulado la escena. Diego Lagomarsino, quien entregó el arma al fiscal, fue procesado por homicidio agravado, mientras que los custodios de Nisman enfrentan cargos por encubrimiento. La fiscalía también espera la desclasificación de documentos de la exSIDE que podrían revelar la identidad de los autores materiales y cómplices del hecho, en un entramado que incluye a agentes inorgánicos y maniobras encubiertas.
El caso sigue rodeado de incógnitas. Las recientes medidas de prueba, como el análisis de líneas telefónicas y testimonios de agentes, buscan esclarecer los movimientos en torno al 18 de enero de 2015. Además, el caso Nisman se entrelaza con el juicio por el Memorándum con Irán, impulsado por el fiscal poco antes de su muerte, donde se denunciaron maniobras para encubrir a acusados del atentado a la AMIA. La causa, lejos de cerrarse, mantiene viva la búsqueda de justicia.