En el contexto del tradicional Te Deum por el 25 de Mayo, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, emitió un contundente mensaje dirigido tanto al gobierno como a la oposición. Ante la presencia del presidente Javier Milei, su vicepresidente y todo el gabinete, García Cuerva subrayó la gravedad de la situación social y la necesidad de que la clase dirigente responda con hechos concretos y no solo con palabras.

El arzobispo destacó el "esfuerzo muy grande" que está realizando la gente y criticó los recientes "autoaumentos" de sueldos de los políticos, calificándolos de actos divorciados de la realidad cotidiana de los ciudadanos. En su homilía, García Cuerva también advirtió sobre las consecuencias irreversibles de postergar cuestiones cruciales como la malnutrición infantil, la falta de acceso a la educación y la salud, y las condiciones indignas de vida de los ancianos y jubilados.

García Cuerva no solo dirigió sus críticas al gobierno, sino también a la oposición, condenando la exacerbación de la grieta política y el fomento del odio que fragmenta la sociedad. Citando al escritor Alessandro Manzoni, enfatizó que el odio corrompe y socava a un pueblo, haciendo un llamado a superar la instrumentalización y el enfrentamiento ideológico. Al finalizar el oficio, un cordial saludo entre el presidente y el arzobispo sugirió que el gobierno no percibió sus palabras como un ataque directo, sino como una advertencia amplia y necesaria para toda la dirigencia política.