Este incremento responde a una actualización prevista en los impuestos sobre el combustible líquido y el dióxido de carbono. Si no hay intervención por parte del Gobierno con respecto a estos gravámenes, el aumento se aplicará en todos los surtidores del país, afectando a todas las petroleras.

Según las estimaciones, el precio por litro de nafta súper experimentará un incremento de $61,82, mientras que el gasoil aumentará a $42,07. Esto representa un aumento del 12% para la nafta y del 7,5% para el gasoil.

Este nuevo ajuste se suma a una serie de incrementos que han afectado a los precios de los combustibles a lo largo del año. Desde enero hasta la fecha, los precios de la nafta y el gasoil han acumulado un alza promedio del 51,3%, lo que supone un duro golpe para los bolsillos de los conductores y también para el sector económico en general.

El aumento en el costo de los combustibles plantea desafíos adicionales para los argentinos, especialmente en un contexto económico ya de por sí complicado. La movilidad y el transporte se ven directamente afectados, lo que repercute en los costos de vida y en la dinámica económica del país.

Ante esta situación, muchos ciudadanos esperan una posible intervención por parte del Gobierno para mitigar el impacto de estos aumentos en el bolsillo de la población y en la economía en general. Sin embargo, hasta el momento, no se han anunciado medidas al respecto, lo que hace inevitable la aplicación de estos nuevos valores a partir del próximo mes de mayo.