Irán ha mostrado su músculo militar durante los desfiles del Día Nacional del Ejército, exhibiendo una variedad de armamento, incluyendo tanques, drones y misiles de corto y medio alcance. Este despliegue de fuerza se produce tras el inédito ataque del sábado, en el que Irán asegura haber realizado una ofensiva limitada en respuesta al bombardeo contra su consulado en Damasco, atribuido a Israel.

El presidente iraní, Ebrahim Raisí, afirma que el ataque fue restringido, pero advierte sobre posibles represalias más amplias si Israel decide provocar una escalada. Esta situación pone en una delicada posición a Israel, que ha prometido responder de manera estratégica e inteligente para evitar una guerra abierta.

Entre el arsenal exhibido por Irán se encuentra un misil hipersónico llamado 'Fattáh II', con un alcance de 1400 kilómetros y la capacidad de viajar a velocidades cinco veces superiores a la del sonido. Este tipo de misil supone un desafío para los sistemas de defensa antimisiles, ya que son más difíciles de interceptar.

Irán también cuenta con otros recursos militares, como el respaldo de Hezbollah en el Líbano, que posee una gran cantidad de cohetes y misiles guiados de precisión. Además, esperan la entrega de nuevos cazas de combate Sukhoi Su-35 por parte de Rusia, su principal aliado militar.

La situación entre Irán e Israel es tensa, y la posibilidad de una escalada está latente. Sin embargo, ambas partes buscan evitar una confrontación directa, mientras que la comunidad internacional observa con cautela el desarrollo de los acontecimientos en la región.