En primer lugar, se establece un nuevo mínimo no imponible para Ingresos Personales y Autónomos, lo que afectará positivamente a ambos grupos. Por ejemplo, para los trabajadores en relación de dependencia, el impuesto sobre los Ingresos Personales comenzará a aplicarse a partir de ciertos umbrales, mientras que para los Autónomos se implementará una actualización del mínimo no imponible que los equipara más al cálculo de los trabajadores en relación de dependencia.

Además, se lanzará un amplio plan de blanqueo de activos que contempla la posibilidad de ingresar al sistema sin pagar impuestos, siempre y cuando los activos no estén involucrados en procesos delictivos y no superen los U$S 100.000.

En lo que respecta a Bienes Personales, se introducirán modificaciones importantes. Se crea una categoría especial de ingreso al impuesto por cuatro años, con la posibilidad de eliminar el tributo al final de ese período. También se establecen nuevos límites y un nuevo mínimo no imponible, que aumentará a $100.000.000. Además, se exime de pagar el tributo a la casa habitación de la familia hasta un valor de $350.000.000, reflejando una actualización necesaria debido a la devaluación experimentada por el mercado inmobiliario.