En una carta dirigida a la sociedad argentina y a la Justicia, Pachelo expresó su desesperación y ratificó su inocencia.

En sus palabras, Pachelo lamenta profundamente la decisión judicial, que lo ha llevado a sentirse deprimido y despojado de toda esperanza. "Soy, fui y seré inocente", proclama enérgicamente, desafiando la sentencia que lo condena a morir en vida.

El condenado por el asesinato en el country arremete contra el sistema judicial, acusándolo de corrupción y perversión. En su carta, denuncia la falta de imparcialidad y la manipulación de pruebas que, según él, han conducido a su injusta condena. "Nosotros no tenemos amigos jueces, nos defendemos con la verdad, con pruebas. ¿Acaso de eso no se trata la Justicia?", cuestiona con indignación.

Pachelo lamenta también las consecuencias devastadoras que esta situación ha tenido en su vida personal y familiar, destacando el impacto negativo en sus hijos. La carta refleja su desesperación por ser visto como inocente en un caso que conmocionó a la sociedad y que todavía sigue latente.